La vida interior
Los cuerpos tibios
brillan en la oscuridad,
la mano se mueve
hacia el centro
de la carne,
la piel tiembla de felicidad
y el alma viene
feliz al ojo....
sí, sí,
eso es lo que
deseaba,
siempre deseé,
volver
al cuerpo
donde nací.
Allen Ginsberg